LUZ Y FUERZA DEL CENTRO
El caso de la compañía paraestatal Luz y Fuerza del Centro es uno de tantos casos que aún prevalecen en el paisaje político social de nuestro País, sindicatos que dejaron atrás sus raíces y postulados de salvaguardar los intereses de los trabajadores que representan, se han convertido en una agencia de negociaciones políticas, financieras y de tráfico de poder, dejando al final el bien colectivo de sus agremiados, y que decir del bien colectivo del País.
Son esquemas obsoletos y lacerantes de la economía nacional, que han hundido al país en un pozo profundo de vicios, deficiencias y privilegios exacerbados para unos cuantos en perjuicios del resto de los mexicanos.
Nunca es tarde y siempre será bienvenida una acción de esta naturaleza por parte del gobierno federal, sin embargo el estado que actualmente prevalece en esta paraestatal, data de varias décadas atrás y es lamentable e inexplicable, como se pueden postergar tanto estas medidas en organismos de esta naturaleza.
El país no puede esperar a que se den condiciones propicias para actuar en consecuencia de las cosas que son insostenibles para la Nación. No es posible que de Diez Años para acá se hayan perdido Miles de millones de pesos por corrupción y deficiencias en una dependencia de Gobierno generadora de un servicio tan básico como es la energía eléctrica. ¿Quién protegía a este Sindicato? ¿a quién le convenía que siguieran las cosas como estaban? ¿Quién estaba impidiendo una acción contundente como la llevada por el presidente Calderón en este caso?
Son muchas preguntas y pocas respuestas las que tenemos los simples ciudadanos que vemos como los legisladores se enfrascan en un debate interminable de intercambio de razones prejuiciosas y facciosas, donde cada quien tiene los argumentos a la medida de sus intereses de grupo y personales y se olvidan que el país no puede esperar a que un congreso federal legisle en los medios de comunicación y no en la mesa de trabajo y en el análisis de las propuestas de manera responsable y antes que llevar agua para su molino.Ojalá que esta acción aplaudible del Presidente Calderón no sea un acto aislado y se prosiga con otros lastres corporativos que existen en el País.
Ojala que este congreso con mayoría de oposición no sea obstáculo para llevar a cabo una depuración del Sindicalismo en México, que erradique los viejos esquemas de principio del siglo XX, que permita una eficaz competencia mundial, donde la transparencia, calidad, eficiencia y responsabilidad social son elementos imprescindibles para enfrentar los retos del nuevo milenio.
DAF SUSI AMY CRIS
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